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Artículo #56

TPP-11: ¿Beneficios para Chile?

Por Tonci Tomic ENERO DEL 2021

El tratado es altamente complejo por la diversidad de materias que aborda, lo que dificulta un diagnóstico simplificado. Contiene 30 capítulos, que van desde comercio electrónico hasta transparencia y anticorrupción, pasando por temas laborales, medio ambiente, cooperación y competencia. En el primer punto del Preámbulo del TPP-11, se indica: “Establecer un Tratado regional integral que promueva la integración económica para liberalizar el comercio y la inversión, contribuir al crecimiento económico y beneficios sociales, crear nuevas oportunidades para los trabajadores y los negocios, contribuir a elevar los estándares de vida, beneficiar a los consumidores, reducir la pobreza y promover el crecimiento sostenible”. Por lo tanto, la intención es que este acuerdo sea conveniente para desarrollar el potencial de todas las partes que lo firman. Como es obvio, un tratado internacional firmado por Chile, no puede contener nada que vaya en contra de la Constitución Política del Estado y el ordenamiento legal vigente. Asimismo, también debe armonizar con los acuerdos internacionales ya firmados por el país, en el marco de la OMC y de otros tratados.

Texto destacado

La estrategia de Chile es coincidente con la presencia comercial en el mundo y el Asia-Pacifico es uno de los territorios con más proyección, pensando en las dinámicas de China e Indochina.


Este punto es importante, ya que circulan algunas noticias de que "Chile prácticamente perderá su autonomía y soberanía de sus decisiones", o "que las empresas deberán someterse a dictados de otros países", "que las semillas nativas dejarán de ser de los obtentores", y otras ensoñaciones por el estilo. Un acuerdo internacional tiene implicancias y establece compromisos que cada país debe cumplir. Lo más probable es que existan sectores de la economía que se vean más beneficiados que otros. Pero, es justamente el nivel político, el que permite tomar una mejor decisión, aquilatando la conveniencia del país en general. Chile ha decidido de manera estratégica insertarse y proyectarse en el comercio exterior, como lo han hecho países como Bélgica, Los Países Bajos, Singapur o Corea del Sur, con gran éxito. Las exportaciones han sido el motor de la economía chilena y han permitido pasar de un PIB per cápita de US$ 2.300 a US$ 15.000 a precios constantes, entre 1990 y 2019 (Banco Mundial, 2020).
Según la DIRECON, más de tres mil productos que Chile envía a los mercados de los países firmantes, mejorarán sus preferencias arancelarias.

Estos productos, tendrían más y mejores oportunidades de exportación a estos países. Debido a rebajas o arancel cero; además de otros productos que hoy están bajo tratados bilaterales que fijan elevados aranceles de importación, cuotas de importación, extensos calendarios de desgravación o otros están sujetos a ventanas de ingreso (tipo marketing order). Esta es una pieza fundamental para el desarrollo de los países. Sin inversión no hay empresas, sin empresas no hay productos o servicios, y por consiguiente, no hay empleos. Parte de esta inversión en un país como Chile, con una economía abierta, es extranjera. Las disposiciones del capítulo 9 sobre inversiones del TPP se caracterizan por contemplar varias de las obligaciones consagradas en distintos acuerdos comerciales, como el trato nacional y de nación más favorecida. Como resulta lógico, se trata de conformar un contexto donde las normas se han desarrollado de forma más completa con el objeto de otorgar más garantías y seguridades al inversionista extranjero y a su inversión.

TPP-11 y la inversión extranjera.

Esto es válido para inversionistas extranjeros en Chile como de capitales chilenos que inviertan en los países del TPP-11, es decir son reglas para todos los países por igual. Es decir, hay un cierto principio de balance. El Estado no puede renunciar ni comprometer su rol como promotor activo del desarrollo del país. Los países con mayor desarrollo tecnológico han llevado adelante de manera sistemática políticas industriales. Se destacan Japón, los países del sudeste asiático, y más recientemente China que ha implementado con fuerza, diversos instrumentos para promover un crecimiento orientado hacia mayor intensidad en tecnología.

TPP-11 y la política pública de fomento productivo

Desarrollo productivo, política industrial, diversificación o transformación productiva, “cualquier tipo de intervención o política de gobierno que intente mejorar el ambiente de negocios o alterar la estructura de la actividad económica hacia sectores, tecnologías o tareas que se espera ofrezcan mejores perspectivas para el crecimiento económico o el bienestar social que los que ocurrirían, sin dicha intervención” (Cabrera, 2019). Si bien las críticas con relación a las limitaciones de políticas pro-desarrollo son ciertas, en la medida que dichas limitaciones están efectivamente expresadas en el tratado, existe también un importante marco de salvaguardias determinadas en excepciones, exclusiones, reservas y aclaraciones a pie de página hechas por Chile, en ciertas materias y áreas, que generan un marco normativo de protección a las facultades regulatorias del Estado, y que ante la eventualidad de una demanda por infracción a las disposiciones del acuerdo alegadas de parte de un inversionista extranjero u otro Estado parte, deberá ser estudiado caso a caso (Cabrera, 2019).
La presencia activa de Chile en la cuenca del Asia Pacífico es una prioridad de política exterior de alto consenso interno. Mantener nuestra presencia activa en instancias multilaterales adquiere una importancia central. Junto a ello, el despliegue de iniciativas de base regional como la Alianza del Pacífico, deben ser mecanismos que den expresión concreta a esa prioridad (Furche, 2013).
En este sentido, sin dudas que hay que observar el conjunto de tratado, desde una perspectiva política y no solo de uno u otro subsistema sectorial, como: semillas, medio ambiente o patentes. No hay que olvidar que todos los tratados internacionales se consideran como aprobados en el proceso constituyente. No hay plazos perentorios para la aprobación y Chile tiene convenios con casi todos los países que integran el TPP-11. Quizás lo correcto sea esperar a que culmine el proceso y evaluar.