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Artículo #24

Legumbres en Chile: de phaseolus vulgaris a phaseolus futurum

Por Tonci Tomic Jakas (Economista Agrario) OCTUBRE DEL 2020

El año 2016, la FAO lo declaró como el año internacional de las legumbres. Las legumbres juegan un rol fundamental en la seguridad alimentaria y nutricional de millones de personas en todo el mundo. Se estima que alrededor de 50 millones de agricultores familiares las producen, consumen y comercializan (a baja escala) de forma tradicional. Según la FAO, en “Beneficios Nutricionales, Agroecológicos y Comerciales de las Legumbres”, éstas poseen un alto valor nutricional y beneficios importantes para la salud. Son alimentos con alto aporte de proteínas (en un rango de 17% a 35%), fibra dietética (~20%) y micronutrientes esenciales para los humanos como vitaminas del complejo B y folato; minerales como el potasio, hierro, calcio, magnesio, zinc; y un reducido aporte de grasas (<4%). Poseen también un índice glicémico bajo, lo que significa que los carbohidratos complejos son transformados en azúcar y pasados a la sangre de forma más lenta y uniforme, permitiendo así una mejor regularización de los niveles de glicemia en sangre.

Texto destacado

Según la FAO, en “Beneficios Nutricionales, Agroecológicos y Comerciales de las Legumbres”, éstas poseen un alto valor nutricional y beneficios importantes para la salud.


Como cultivo -dice FAO- las características agroecológicas de las legumbres las convierten en una excelente elección para la producción sostenible y para el fortalecimiento de la resiliencia de la agricultura familiar frente al cambio climático por su alta rusticidad. Las legumbres tienen una alta capacidad de adaptarse a condiciones adversas de clima y suelo y, por lo tanto, a condiciones ecológicas variadas que van desde los trópicos de África, América y Asia hasta zonas templadas y frías.

Sin embargo, según de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), del Ministerio de Agricultura, en Chile se ha venido observando desde el año 2012, una disminución drástica en el consumo de legumbres, puntualmente lentejas, porotos y garbanzos. El consumo per cápita de las principales leguminosas ha disminuido a una tasa media anual de -2,7% la última década. En promedio los chilenos solo comen 800 gramos de lentejas y 200 gramos de garbanzos al año. En el caso de los porotos, la ingesta por habitante descendió de 2,7 kilos per cápita a 1,3 kilos.

El jefe del Área Nacional de Producción Vegetal de INIA, Fernando Ortega, señaló que históricamente el rubro legumbres fue muy importante en Chile. Las cifras oficiales indican que en la temporada agrícola 1979-80 se sembraron 202.420 hás. de legumbres a nivel nacional, superficie que bajó progresivamente hasta llegar a las 22.578 hás. en la temporada 2019-2020.
El Ministro de Agricultura, Antonio Walker, en junio 2020, confirmó la importación de más de 240 toneladas de legumbres, con el fin de enfrentar la escasez causada por la entrega de cajas de alimentos. Esta decisión busca bajar el precio de estos alimentos, que vieron un fuerte aumento en la demanda desde el inicio de la pandemia. "Ayer recibimos 10 containers de lentejas que vienen de Canadá, 220 toneladas de lentejas y también recibimos cinco containers de porotos, 110 toneladas. También tenemos garbanzos que vienen de Argentina y tenemos muchas legumbres que vienen en el agua, en distintos barcos, para arribar en el mes de junio y en el mes de julio", destacó el Ministro.

Un pasado glorioso.

Más que preguntarse por qué ocurrió ésto –que será materia de los historiadores—lo importante es planterse la posibilidad de tener un debate sólido y serio, público-privado, en torno de si hay un potencial técnico y económico, para desarrolar un territorio (como parte de la zona costera, que va desde el sur de la RM hasta el norte de la VII) sobre la base de las legumbres, como muestran los antecedentes. No hay dudas que Chile tuvo un pasado glorioso, de hecho en la decada de los 90´s del siglo pasado, por algunos años fuimos exportadores de porotos negros.

Legumbres 2.0

Naturalmemte habría que pensar en un sector legumbres 2.0 con nuevas variedades (ojalá mas fáciles de preparar); con nuevos manejos culturales; probablemente de riego y no sólo pensar en los “porotos con rienda”, sino que en nuevos prepearados e ingredientes como harinas, hamburguesas y otros alimentos vegetarianos/veganas. Se trata que las legumbres, no sea sólo un alimenro para los pobres, sino que para toda la población que busca alimentarse de manera mas sana.
En esto no se parte de cero ya que hay trabajos ya avanzados, como por ejmplo, “Oportunidades para el desarrollo competitivo de las leguminosas de grano seco en Chile” (2017) se realizó en el marco del Programa de Innovación en Legumbres de FIA, que en su conclusión principal dice “Los factores que han ido en detrimento de la producción chilena de legumbres de grano seco son múltiples, pero existe coincidencia en que históricamente el factor que más ha influido en este comportamiento son los resultados económicos. Pero las legumbres chilenas podrían recuperar el impulso que tuvieron en décadas pasadas, aumentando su competitividad mediante incrementos en la productividad, disminución de costos de producción, desarrollo de productos agroindustriales que se diferencien por calidad, origen e innovación”.