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Artículo #222

Patrimonio natural y turismo sostenible: Avances, desafíos y perspectivas

Por Pedro Guajardo y Gonzalo Rojas JUNIO DEL 2025

En las últimas décadas, el debate sobre la articulación entre la conservación del patrimonio natural mundial y el desarrollo turístico ha cobrado un protagonismo crucial. La necesidad de conciliar el valor universal excepcional de estos sitios con las dinámicas sociales y económicas del turismo ha dado origen a un corpus creciente de investigaciones y prácticas innovadoras. Este artículo revisa y reflexiona críticamente sobre los principales enfoques teóricos, metodológicos y tecnológicos utilizados en el estudio de esta relación, a partir de los aportes del artículo de Zhang et al. (2023), complementando con perspectivas contemporáneas latinoamericanas, avances en políticas internacionales, y desafíos como el cambio climático, la gobernanza comunitaria y la turistificación.

Texto destacado

El patrimonio natural mundial, tal como lo define la Convención del Patrimonio Mundial de 1972 de la UNESCO, representa no sólo tesoros ecológicos y geológicos de valor incalculable, sino también espacios simbólicos donde se tejen identidades, conocimientos locales y esperanzas de desarrollo. En las últimas décadas, la doble condición de estos sitios —como territorios protegidos y a la vez destinos turísticos de alto valor— ha impulsado un debate complejo sobre cómo armonizar la conservación ecológica con el aprovechamiento social y económico del turismo.


Tradicionalmente concebidos como esferas en conflicto, la conservación y el turismo han comenzado a ser abordados desde una perspectiva de complementariedad. A partir del modelo de “turismo patrimonial sostenible”, se reconoce que una gestión turística planificada y consciente puede contribuir no solo a la valorización y financiación de la conservación, sino también a generar beneficios tangibles para las comunidades locales. Este cambio de paradigma implica repensar los vínculos entre la protección del valor universal excepcional (VUE) de los sitios patrimoniales y las dinámicas territoriales contemporáneas.

En este marco, la innovación tecnológica ha cobrado un rol clave. En un reciente estudio de Zhang et al. (2023), se destaca la aplicación de herramientas como los sistemas de información geográfica (SIG), el escaneo láser 3D, la realidad virtual y aumentada, y la digitalización de datos, como medios eficaces para monitorear el estado ecológico de los sitios, restaurar paisajes afectados y mejorar la experiencia turística sin comprometer la integridad de los ecosistemas.

Paralelamente, la literatura actual resalta la importancia de incorporar a las comunidades locales como actores centrales en la gobernanza del patrimonio. Ya no se trata únicamente de sensibilizar a los residentes respecto del valor de los sitios, sino de reconocer su derecho a participar en los procesos de decisión, recibir beneficios proporcionales del turismo y contribuir con sus saberes al manejo sostenible de estos territorios.

Sin embargo, nuevos desafíos emergen con fuerza en el escenario global. Entre ellos, el cambio climático —que acelera procesos de degradación ambiental y pérdida de biodiversidad— y la turistificación —que puede banalizar o saturar espacios naturales frágiles— exigen respuestas integradas, éticas y territorialmente sensibles. Estos factores reconfiguran las prioridades de conservación y llaman a adoptar enfoques proactivos, adaptativos y multisectoriales.

A la luz de estos antecedentes, este artículo propone una revisión crítica de los enfoques actuales en la conservación del patrimonio natural en articulación con el turismo, destacando las innovaciones metodológicas y tecnológicas más relevantes, los modelos de gobernanza inclusiva y los retos que imponen los nuevos contextos socioambientales. Finalmente, se proponen cinco líneas estratégicas hacia un paradigma de conservación activa, en diálogo con experiencias latinoamericanas y marcos internacionales emergentes.

Perspectiva latinoamericana

En América Latina, la definición de Patrimonio Natural cobra un significado aún más profundo, dada la riqueza biocultural del continente y la persistencia de prácticas comunitarias de relación con la naturaleza. Sitios como el Parque Nacional Iguazú (Argentina), el Santuario de Fauna y Flora Malpelo (Colombia), el Archipiélago de Revillagigedo (México) o el Parque Nacional Torres del Paine (Chile) constituyen ejemplos de paisajes que son al mismo tiempo patrimonio natural, fuente de ingresos turísticos, espacios de investigación científica y territorios habitados por culturas ancestrales.

La doble condición de estos sitios —como áreas protegidas y destinos turísticos— ha impulsado un debate complejo sobre cómo armonizar la conservación ecológica con el aprovechamiento social y económico del turismo. Tradicionalmente concebidos como esferas en conflicto, la conservación y el turismo han comenzado a ser abordados desde una perspectiva de complementariedad. A partir del modelo de “turismo patrimonial sostenible”, se reconoce que una gestión turística planificada y consciente puede contribuir no solo a la valorización y financiación de la conservación, sino también a generar beneficios tangibles para las comunidades locales. Este cambio de paradigma implica repensar los vínculos entre la protección del valor universal excepcional (VUE) de los sitios patrimoniales y las dinámicas territoriales contemporáneas.

En este marco, la innovación tecnológica ha cobrado un rol clave. Estas tecnologías podrían ser especialmente valiosas en contextos latinoamericanos con acceso limitado a infraestructura física, pero con alta conectividad y capacidades emergentes en digitalización. Por ejemplo, en el Parque Nacional Galápagos (Ecuador), el uso de sensores y drones ha permitido monitorear flujos turísticos, controlar especies invasoras y anticipar impactos del cambio climático en ecosistemas marinos.

Paralelamente, la literatura actual resalta la importancia de incorporar a las comunidades locales como actores centrales en la gobernanza del patrimonio. Ya no se trata únicamente de sensibilizar a los residentes respecto del valor de los sitios, sino de reconocer su derecho a participar en los procesos de decisión, recibir beneficios proporcionales del turismo y contribuir con sus saberes al manejo sostenible de estos territorios. Esta dimensión cobra especial relevancia en la Amazonía peruana o en la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia), donde pueblos indígenas han reclamado el reconocimiento de sus territorios como custodios naturales y espirituales del patrimonio natural, demandando una redefinición de los modelos de gestión basados en justicia territorial.

Sin embargo, nuevos desafíos emergen con fuerza en el escenario global. Entre ellos, el cambio climático —que acelera procesos de degradación ambiental y pérdida de biodiversidad— y la turistificación —que puede banalizar o saturar espacios naturales frágiles— exigen respuestas integradas, éticas y territorialmente sensibles. En América Latina, fenómenos como la masificación turística en Machu Picchu (Perú), la presión inmobiliaria en áreas costeras como Fernando de Noronha (Brasil) o la sobrecarga de visitantes en glaciares patagónicos reflejan los límites de modelos turísticos orientados al crecimiento sin regulación. Estos factores reconfiguran las prioridades de conservación y llaman a adoptar enfoques proactivos, adaptativos y multisectoriales.

A la luz de estos antecedentes, este artículo propone una revisión crítica de los enfoques actuales en la conservación del patrimonio natural en articulación con el turismo, destacando las innovaciones metodológicas y tecnológicas más relevantes, los modelos de gobernanza inclusiva y los retos que imponen los nuevos contextos socioambientales. Finalmente, se proponen cinco líneas estratégicas hacia un paradigma de conservación activa, en diálogo con experiencias latinoamericanas y marcos internacionales emergentes.

El estudio de Zhang et al. (2023) representa una valiosa sistematización del conocimiento acumulado sobre la relación entre la conservación del patrimonio natural mundial y el turismo. Sus principales conclusiones abordan cuatro grandes dimensiones: el desarrollo teórico del campo, la aplicación de métodos de investigación, el uso de tecnologías emergentes y la formulación de modelos de gestión integradora. A continuación, se presentan sus hallazgos clave con un análisis crítico complementado con aportes desde la realidad latinoamericana.

El estudio confirma una evolución en el enfoque teórico, que ha pasado de una visión dicotómica entre conservación y turismo hacia una concepción de sinergia posible. La noción de valor universal excepcional (VUE) sigue siendo el núcleo conceptual, pero se reconoce cada vez más la necesidad de integrar consideraciones sociales, económicas y culturales en la gestión de los sitios patrimoniales. En América Latina, este cambio ha sido particularmente visible en áreas donde las comunidades indígenas y campesinas han logrado posicionarse como sujetos activos de conservación, como en la Reserva de la Biosfera Maya (Guatemala) o el territorio del pueblo Kogui en Colombia. Sin embargo, persisten tensiones entre modelos de turismo extractivo promovidos desde el Estado o empresas y proyectos de turismo comunitario que buscan preservar prácticas y territorios.

Zhang et al. identifican un fuerte predominio de métodos sociales (encuestas, entrevistas, análisis documental) frente a una escasa implementación de métodos experimentales o basados en monitoreo ambiental de largo plazo. También advierten la falta de integración entre enfoques cuantitativos y cualitativos. Esta brecha metodológica es especialmente relevante en América Latina, donde muchos sitios carecen de infraestructura para monitoreo ambiental, pero cuentan con una rica tradición de observación local del entorno. La investigación transdisciplinaria que combine tecnología con saberes territoriales (por ejemplo, en el uso de indicadores biofísicos y culturales en la selva amazónica o los páramos andinos) podría ofrecer un enfoque más holístico y contextualizado.

El uso de tecnologías como SIG, sensores remotos, escaneo láser 3D y realidad aumentada ha mostrado un gran potencial tanto para la conservación como para el diseño de experiencias turísticas sostenibles. No obstante, Zhang et al. advierten que estas herramientas aún se usan de manera fragmentada y con poca articulación a largo plazo. En la región, ejemplos como el monitoreo de impactos turísticos en Galápagos mediante drones, o el uso de aplicaciones móviles en parques nacionales de Chile, muestran avances incipientes. Aun así, los costos tecnológicos y la dependencia de proveedores externos limitan su aplicación sostenida. Se requieren estrategias de transferencia tecnológica y capacitación local, especialmente en áreas rurales.

El estudio describe diversos modelos de articulación entre conservación y turismo, incluyendo el ecoturismo científico, la participación comunitaria, la compensación ecológica y la zonificación diferenciada (núcleo-buffer-periferia). Destaca que la integración entre estos modelos sigue siendo una tarea pendiente. La región latinoamericana ofrece experiencias pioneras, como el modelo de "ecoturismo de base comunitaria" en la selva Lacandona (México) o en la Ruta de los Parques de la Patagonia (Chile). No obstante, muchos proyectos dependen de apoyo externo y carecen de estabilidad institucional. Fortalecer la gobernanza territorial, con mecanismos efectivos de participación y redistribución de beneficios, es clave para la viabilidad de estos modelos.

Sinergia fragmentada: rediseñando la experiencia turística biocultural en destinos emergentes

La sinergia es fundamental, pero la buena voluntad por sí sola no basta: es necesario un encadenamiento efectivo entre autoridades locales, emprendedores y comunidad, así como una correcta composición, una profunda comprensión mutua y la mitigación de las brechas de afectación que debilitan la relación entre la comunidad y el desarrollo turístico.

Aunque se suelen citar ejemplos de destinos con alto flujo turístico, oferta diversificada y numerosas transacciones económicas, estos factores no garantizan por sí mismos una distribución equitativa de los beneficios en otros territorio emergente. El equilibrio y la sinergia entre la conservación del patrimonio y el turismo se han convertido en el foco de la investigación del patrimonio mundial natural. El problema radica en la desconexión entre tres dimensiones:

- Composición: Actores fragmentados (Gobierno Central, gobierno local, empresas, comunidades) sin encadenamientos efectivos.

-Comprensión: Divergencia en la valoración del patrimonio (económica vs. biocultural).

-Brechas de afectación: Pérdida de relatos ancestrales y desplazamiento comunitario por modelos extractivos.

"Lo saben, pero no todos comprenden su oportunidad: la sinergia requiere más que voluntad; demanda mecanismos concretos de corresponsabilidad".

Los destinos emergentes junto a parques y reservas nacionales poseen un gran potencial de desarrollo local; sin embargo, enfrentan obstáculos como la falta de regulación para nuevos emprendimientos y una débil capacidad institucional para diseñar sub-políticas públicas adaptadas a sus necesidades. La carencia de un ordenamiento territorial coherente y de un consenso claro entre los actores puede distorsionar la esencia del lugar y provocar confusión o manipulaciones, como pueden ser emprendimientos desregulados, sin vinculación con identidad local o políticas públicas ciegas, que replican modelos estandarizados ignorando realidades específicas.

“Esta falta de ordenamiento territorial turístico no solo banaliza el patrimonio, sino que acelera la turistificación: comunidades que ven alterados sus ecosistemas socio-culturales sin recibir beneficios proporcionales.”

La noción de comunidad local debe ampliarse para reconocer distintos perfiles: desde los habitantes originarios, guardianes del relato patrimonial, hasta los nuevos residentes y emprendedores, y los prestadores de servicios externos que, sin vivir en el núcleo territorial, participan activamente en la dinámica turística. Esta diversidad exige enfoques de gestión que valoren las distintas legitimidades y narrativas.

Para que el turismo se consolide como un aliado estratégico y no como una amenaza, se requieren tecnologías accesibles (aplicaciones IA de relato, sistemas de información geográfica comunitarios y plataformas de reserva local), una gobernanza comunitaria real y empoderada, y políticas sensibles al contexto socioambiental. Este enfoque debe promoverse de abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera, mediante procesos de co-creación endógena y sub-políticas locales, alejándose de soluciones centralizadas.

El desafío constante, rediseñar la arquitectura del sistema turístico local, mediante una cadena de valor de la experiencia biocultural. Dicha Integración narrativa, permite comercializar relatos co-creados que incluyan a todos los actores (ej: rutas turísticas donde un habitante ancestral guíe junto a un emprendedor joven). Acá, es posible escalar modelos cooperativos en torno a un reparto equitativo de ingresos y toma de decisiones compartida o bien Políticas bottom-up, Sub-políticas locales co diseñadas, con apoyo estatal pero sin imposiciones ("de abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera").

"El turista no busca un servicio; busca una historia viva. La autenticidad nace cuando la comunidad –en toda su diversidad– es dueña de su relato".

Fortalecer el empoderamiento local y consolidar la sinergia en todas las etapas asegura una integración efectiva en la experiencia turística y fomenta un desarrollo verdaderamente sostenible, donde los beneficios se distribuyen de forma equitativa y el patrimonio natural y cultural se preserva y valora colectivamente. Los destinos emergentes son laboratorios para un nuevo pacto turístico-conservacionista.

“La verdadera sinergia nace cuando el turismo deja de ser un extractivismo de experiencias para convertirse en un pacto ético entre humanos y territorio.”

En suma, el estudio de Zhang et al. permite comprender con claridad que la conservación del patrimonio natural mundial ya no puede desvincularse de sus dimensiones sociales, económicas y tecnológicas. La clave no está en oponer turismo y conservación, sino en rediseñar las condiciones bajo las cuales el turismo puede ser un aliado estratégico —y no un factor de degradación— en los procesos de protección y valorización del patrimonio.

Desde América Latina, esta tarea requiere reforzar tres líneas fundamentales:

1. Reconocimiento de las comunidades como gestoras legítimas del patrimonio, integrando sus conocimientos, instituciones y prioridades.
2. Inversión sostenida en ciencia, monitoreo y tecnologías accesibles, adaptadas a los contextos locales.
3. Articulación de políticas públicas coherentes con los principios de justicia ambiental y territorial, evitando la mercantilización del patrimonio y promoviendo su apropiación democrática.

En este contexto, creemos que el desafío es construir una visión de patrimonio natural que no sea únicamente un listado de sitios excepcionales para el turismo global, sino una red viva de ecosistemas y culturas que sostienen la biodiversidad y la dignidad humana en un planeta en crisis.

Referencias:

- Brondizio, E. S., Settele, J., Díaz, S., & Ngo, H. T. (Eds.). (2019). Global assessment report on biodiversity and ecosystem services of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. IPBES. https://doi.org/10.5281/zenodo.3831673

- Cañada, E. (2015). Turistificación global: El turismo como herramienta de desposesión. Alba Sud.

- UNESCO. (2021). Operational guidelines for the implementation of the World Heritage Convention (WHC/21/01). United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization. https://whc.unesco.org/en/guidelines/

- UNESCO. (2015). Policy for the integration of a sustainable development perspective into the processes of the World Heritage Convention. https://whc.unesco.org/en/sustainabledevelopment/
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- UICN. (2020). World Heritage Outlook 3: A conservation assessment of all natural World Heritage sites. International Union for Conservation of Nature. https://www.iucn.org/resources/world-heritage-outlook
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- Zhang, Z., Xiong, K., & Huang, D. (2023). Natural world heritage conservation and tourism: A review. Heritage Science, 11(55). https://doi.org/10.1186/s40494-023-00896-6


(*) Sobre los autores:

Pedro Guajardo Troncoso en Ingeniero en Gestión Turística y Máster en Turismo Sostenible de la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Actualmente se desempeña como Gerente de Turismo de la Corporación Municipal De Molina y Consultor en Turismo.

Gonzalo Rojas Aguilera es Director Ejecutivo de VINIFERA y consultor. Historiador y Doctor(c) en Estudios Internacionales, con estudios de posgrado en Estrategia y Economía Internacional. Fundó la Comisión Nacional de Patrimonio Vitivinícola (2012), es miembro honorario de la Cofradía del Mérito Vitivinícola de Chile (2024) y ha sido profesor visitante en programas de UNESCO, OIV y universidades en Chile, EE.UU., Argentina y Japón.