Artículo #207

Ley de etiquetado en la UE
La regulación de alimentos y bebidas en la Unión Europea (UE) ha situado la transparencia informativa como un eje central para garantizar los derechos de los consumidores y equiparar las exigencias normativas entre sectores. Históricamente, las bebidas alcohólicas estuvieron exentas de incluir información nutricional y listas de ingredientes en sus etiquetas, lo que evidenciaba una disparidad frente a otros productos alimenticios. Este vacÃo fue subsanado con la implementación, en diciembre de 2023, de nuevas normativas que representan un cambio paradigmático en la industria. En este ensayo se analiza el impacto de estas regulaciones, destacando la incorporación de herramientas tecnológicas como las etiquetas electrónicas (e-Labels), los desafÃos regulatorios derivados de su aplicación, las discrepancias interpretativas entre los Estados miembros y las implicancias para el comercio internacional, con especial énfasis en el sector vitivinÃcola.
Texto destacado
La modernización del etiquetado de bebidas alcohólicas en la Unión Europea (UE) ha marcado un hito en la búsqueda de transparencia y protección al consumidor, abordando un vacÃo normativo histórico en la industria.

La modernización del etiquetado de bebidas alcohólicas en la Unión Europea (UE) ha marcado un hito en la búsqueda de transparencia y protección al consumidor, abordando un vacÃo normativo histórico en la industria. Hasta diciembre de 2023, las bebidas alcohólicas habÃan estado exentas de incluir información nutricional y listas de ingredientes en sus etiquetas, lo que generaba desigualdades frente a otros productos alimenticios. La creciente demanda de los consumidores por un acceso más transparente a la información, junto con las presiones ejercidas por la Comisión Europea, impulsaron un cambio significativo que buscaba estandarizar las normativas y equiparar a este sector con el resto de la industria alimentaria.
Entre las innovaciones más relevantes de esta reforma, destaca la introducción de etiquetas electrónicas, conocidas como e-Labels, accesibles mediante códigos QR. Esta herramienta, propuesta originalmente por por el Comité Européen des Entreprises Vins (CEEV) y actualmente desarrollada por empresas tecnológicas como Scantrust, permiten a los consumidores acceder a datos detallados y actualizados sobre ingredientes y valores nutricionales. Este enfoque no solo moderniza la presentación de la información, sino que también responde a la necesidad de los productores de contar con soluciones flexibles y eficientes que les permitan adaptarse a las variaciones anuales de sus productos sin alterar el diseño fÃsico de sus etiquetas. La digitalización, en este contexto, se posiciona como una solución innovadora que equilibra las exigencias regulatorias con las demandas del mercado.

Sin embargo, la implementación de estas normativas no ha estado exenta de desafÃos. La interpretación divergente de ciertos aspectos de la regulación entre los Estados miembros ha generado confusión y complicaciones, especialmente para los productores que operan en múltiples mercados. Un ejemplo emblemático de estas discrepancias es la discusión sobre la necesidad de identificar la e-Label con el término "ingredientes" o adicionar junto al anterior "declaración nutricional" cuando esta información también está contenida en código QR, y si es suficiente que estos aparezcan cerca del código en solo un idioma de la UE o si deben estar traducidos a los idiomas de los mercados donde el producto será comercializado. Pese a los esfuerzos de la Comisión Europea a para clarificar y consensuar las interpretaciones normativas, con miras a evitar conflictos legales y comerciales que puedan perjudicar tanto a productores como a consumidores, aún existe una falta de armonización en la aplicación de la ley por parte de los Estados miembros, que los ha llevado a levantar este tema en reiteradas ocasiones ante la Comisión, posterior a su implementación.
El impacto de estas regulaciones trasciende las fronteras de la UE, afectando significativamente el comercio internacional de vinos y otras bebidas alcohólicas. En Estados Unidos, la elección presidencial de 2024 introdujo nuevas incertidumbres regulatorias, ya que la administración de Donald Trump ha mostrado un enfoque proteccionista que podrÃa retrasar la adopción de normas internacionales de etiquetado. En paralelo, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha promovido resoluciones que buscan armonizar las normativas globales mediante el uso de etiquetas electrónicas, aunque su implementación depende de la voluntad polÃtica de los principales actores internacionales.
e-Labels
En este contexto, las tecnologÃas digitales representan no solo una herramienta de cumplimiento normativo, sino también una oportunidad para transformar la industria. Las e-Labels facilitan la gestión de la información por parte de los productores y ofrecen a los consumidores un acceso más interactivo y comprensible a los datos sobre los productos en múltiples idiomas. Además, eliminan la necesidad de reetiquetar los productos para cumplir con las especificidades de distintos mercados, optimizando recursos y fortaleciendo la competitividad de las empresas.
A pesar de los avances, el éxito de estas regulaciones depende en gran medida de la capacidad de los Estados miembros de la UE para armonizar sus interpretaciones y garantizar una aplicación uniforme de las normativas. Solo a través de este consenso se podrán establecer las bases para un sistema de etiquetado eficiente y transparente que beneficie a todos los actores involucrados. Mirando hacia el futuro, el avance de tecnologÃas como las etiquetas electrónicas promete consolidar un modelo más ágil y accesible para la industria, marcando un precedente para la regulación de otros productos alimenticios. La transparencia y la digitalización, en este sentido, se perfilan como pilares fundamentales para el desarrollo sostenible y competitivo de los mercados globales.
Conclusiones
La implementación de las nuevas regulaciones de etiquetado de bebidas alcohólicas en la Unión Europea marca un avance significativo hacia una mayor transparencia informativa y protección del consumidor, pero también revela la complejidad de su aplicación en un contexto heterogéneo y globalizado. Entre los avances más destacables se encuentra la introducción de etiquetas electrónicas (e-Labels), una innovación que no solo moderniza la presentación de la información, sino que también permite a los productores cumplir de manera más eficiente con las normativas, reduciendo costos y mejorando la experiencia del consumidor. Este enfoque digital representa un modelo a seguir para otros sectores de la industria alimentaria, demostrando que la tecnologÃa puede ser una herramienta clave para equilibrar las demandas regulatorias y las necesidades del mercado.
No obstante, el proceso de implementación ha evidenciado desafÃos considerables. Las discrepancias interpretativas entre los Estados miembros de la UE han generado incertidumbre y confusión para los productores, particularmente en aspectos como la identificación de la etiqueta electrónica y la traducción de estas terminologÃas. Esto subraya la necesidad de una mayor armonización normativa a nivel regional, la cual es crucial para garantizar una aplicación uniforme y evitar obstáculos legales y comerciales. La Comisión Europea deberá redoblar sus esfuerzos para consensuar interpretaciones claras y eliminar barreras innecesarias que afecten a las pequeñas y medianas empresas del sector.
En el ámbito internacional, las nuevas regulaciones tienen implicaciones significativas para los mercados fuera de la UE, como Estados Unidos y América Latina. La falta de armonización con las normativas globales y las tensiones comerciales, particularmente en el contexto de polÃticas proteccionistas como las anunciadas por la administración de Donald Trump, podrÃan limitar la expansión y competitividad de los productores europeos. Este escenario resalta la importancia de la cooperación internacional y de un enfoque coordinado que permita la adopción de estándares globales como los propuestos por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Finalmente, las nuevas normativas no solo plantean desafÃos, sino también oportunidades estratégicas para los productores. La adopción de herramientas digitales no solo mejora la capacidad de cumplir con las exigencias regulatorias, sino que también fortalece la relación con los consumidores al proporcionarles acceso inmediato a información detallada y actualizada, en múltiples idiomas. Este cambio responde a una tendencia global hacia la digitalización y la sostenibilidad, posicionando a la industria vitivinÃcola como un referente en innovación y adaptación a las demandas del siglo XXI.
En conclusión, aunque persisten barreras regulatorias y comerciales, la modernización del etiquetado de bebidas alcohólicas en la UE representa un paso crucial hacia un mercado más transparente y eficiente. A medida que los Estados miembros trabajen en la armonización de estas normativas y se avance en la estandarización global, se podrán establecer las bases para un futuro más equitativo y sostenible tanto para los productores como para los consumidores. La digitalización, como eje central de este cambio, continuará transformando la industria y redefiniendo sus dinámicas a nivel global.
Referencias:
• Comisión Europea. Documento de Preguntas y Respuestas sobre Etiquetado de Bebidas Alcohólicas, 2023.
• Comité Européen des Entreprises Vins (CEEV). Informe sobre la Implementación de E-Labels, 2024.
• Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). Resoluciones ECO 676-2024 y ECO 696-2024.
 
Sobre la autora
Hioranna Arancibia.
Con formación en Negocios como Ingeniera Comercial y un Máster en Ciencias del Marketing, su trayectoria profesional abarca más de siete años de experiencia en industrias como investigación de mercados, educación, tecnologÃa de la información y vitivinicultura. Actualmente, se desempeña como Project Management Officer en la Associação das Empresas do Vinho do Porto (AEVP), donde lidera proyectos estratégicos enfocados en optimizar los sistemas de entrega de información y comunicación para los asociados. Su labor se orienta hacia la creación de procesos eficientes que, a su vez, promuevan el vino de Oporto a nivel nacional e internacional, impulsando el consumo responsable.
Su pasión por el mundo del vino se manifiesta en una sólida carrera que comenzó en la gestión de exportaciones, seguida por roles como Sommelier de apoyo para reconocidas bodegas chilenas, Embajadora de Marca en Portugal y representante de la AEVP ante el Comité Européen des Entreprises Vins (CEEV) y el programa "Wine in Moderation". Durante su gestión en la AEVP, ha destacado por su capacidad de combinar conocimientos técnicos con creatividad en branding, logrando una notable mejora en la eficiencia comunicativa y fortaleciendo el prestigio de la marca a nivel global.