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Artículo #192

Cuando el tema es la educación de vinos

Por Fernanda Valenzuela ENERO DEL 2024

A inicios del 2023 se publicó un artículo escrito por Caitlin A. Miller en el medio norteamericano Seven Fifty Daily, el cual se tituló “El panorama cambiante de la educación de vino”. El mismo detalla, que particularmente los fenómenos culturales y sociales de los pasados años habían conmocionado a la industria del vino, tanto como a cualquier otro sector. Sin embargo, en lo relativo a la educación de vinos la sentencia era aún más drástica: “los impactos…han sido generalizados, estimulando cambios en casi todos los niveles, sin signos de desaceleración”.

Texto destacado

Imposible que la aseveración no quede resonando y despierte al menos curiosidad. ¿Cambiando respecto de qué? ¿Qué se ha venido entendiendo por educación de vinos hasta ahora? ¿Formación de personas en miras a su profesionalización? ¿Instrucción en diversos niveles de profundidad y/o con múltiples alcances para obtener conocimientos? ¿Aproximación teórico-práctica amplia para adquirir un “barniz cultural”, que permita saber qué vino consumir o en su defecto, cuál evitar? La sensación general probablemente es que educar en temas de vinos pasa por responder afirmativamente a todas las preguntas anteriores.


Breves datos históricos globales.

En lo que respecta a la educación desde la formación de competencias laborales, la columna de Elba Hormazábal publicada a fines del 2023 en este mismo medio y titulada “¿Enólogo o Hacedor de Vinos?” acerca antecedentes sobre la dedicación vinculada con quienes elaboran vino. Más atrás, en el mes de junio del mismo año, el Director de Vinífera Gonzalo Rojas abordó “El Oficio del Sommelier”, aportando detalles en relación a una ocupación que se orienta fundamentalmente hacia el servicio del vino. En cambio, sobre la instrucción en el formato de cursos y certificaciones, el artículo que fue publicado el 2022 en el medio alemán Meininger’s International y titulado “La visión desde Geisenheim: los desafíos que enfrenta la educación sobre el vino”, los autores Gergely Szolnoki y Beth Kaczmarek sitúan al Reino Unido como precursor de su formalización, mencionando tanto la fundación del Institute of the Masters of Wine en 1955 como el establecimiento de la Wine and Spirits Education Trust (WSET) y la Court of Master Sommeliers 14 años después. A las anteriores entidades se le suman posteriormente en la década de 1980 diversas escuelas y academias de vino en países del Nuevo Mundo tales como Estados Unidos, Australia y Sudáfrica, entre otras.

Oferta institucional y no-institucional en Chile.

Para hacerse una idea del panorama a nivel nacional, es posible identificar a priori ambientes institucionales y no-institucionales de educación. En los ambientes institucionales se encuentran las universidades, quienes junto a los institutos profesionales y centros de formación técnica pertenecen al sistema de educación superior de Chile. En específico hablando de universidades, en ellas se dictan carreras profesionales (con grados académicos) del tipo Agronomía o Ingeniería Agronómica, junto con carreras técnicas de nivel superior en disciplinas como la viticultura, enología, vinificación y turismo enológico, respectivamente. Ahora bien, si de especialización se trata, algunas instituciones de educación superior ofrecen adicionalmente diplomados, que permiten a profesionales de otras carreras (más o menos genéricas) u oficios, profundizar y/o actualizarse en términos de disciplinas afines, competencias y habilidades. En este caso particular existen hoy por hoy algunos programas universitarios, que cubren temas de elaboración, comercialización, degustación y comunicación de vinos. Por último, en lo que a cursos se refiere, existen opciones ofrecidas por instituciones de educación superior, cuyo propósito es la capacitación y perfeccionamiento, así como otras alternativas que apuntan a un público más bien general y son ofrecidas por las áreas de extensión o vinculación con el medio.

A estas alturas se vuelve relevante señalar, que no existen en la actualidad, en Chile, mallas curriculares que aborden en forma igual de especializada y con estándar académico, aquellos eslabones de la cadena del vino, donde también se requiere garantizar algún nivel de competencias, más allá de las formadas mediante la praxis. Éste sería, por ejemplo, el caso de las áreas de servicio y comercialización, donde son los ambientes no institucionales los que han respondido a dicha necesidad mediante programas modulares de estudio o con certificaciones basadas en estándares internacionales, En forma paralela, y de la mano de centros de estudios privados no acreditados así como a cargo de particulares, la oferta de clases magistrales, talleres, jornadas y sesiones más informales es diversa y cubre temas que van desde historia, producción, servicio y degustación de vinos, hasta alternativas que recorren los vinos internacionales, maridaje y coctelería.

Cómo era la educación de vinos: Mirada global.

Retomando el planteamiento inicial, ¿existen atributos distintivos que la educación de vinos poseía antes de sobrevenir los recientes cambios globales del entorno? En principio y tal como lo plantea Miller (26 de enero de 2023) se trataba, en los inicios y en términos generales, de una educación sumamente seria, en ocasiones fuertemente académica, que hablaba en un idioma que solo una elite parecía ser capaz de comprender (i.e. viticultores, productores, distribuidores, minoristas, hospitalidad). Además, se ofrecían programas formales únicamente en las grandes ciudades metropolitanas, lo que no solo plantea obstáculos concretos de desplazamiento, sino sumaba significativamente sobre el costo a asumir, el cual desde ya constituía una barrera de acceso real que inevitablemente definía quiénes podían desempeñarse finalmente en el sector y quiénes no.

Respecto del punto abordado en el párrafo anterior, Szolnoki y Kaczmarek (29 de marzo de 2022) refuerzan el hecho de que era muy notoria la falta de diversidad e inclusión en el sector del vino, evidenciándose a menudo que carecía por ejemplo de transversalidad étnica y de género. En un ámbito diferente, pero también desde la mirada de los mismos autores, algo que caracterizaba al contexto general de la educación de vinos en el pasado era una mayor laxitud respecto de la comercialización y promoción del alcohol. Lo anterior, no planteaba en su momento grandes obstáculos vinculados con la salud y la sostenibilidad, sin embargo son aspectos que hoy por hoy es imposible pasar por alto desde la instrucción.

Un detalle extra sumamente relevante de mencionar en esta mirada retrospectiva, y que Szolnoki y Kaczmarek (29 de marzo de 2022) relevan en su artículo, es la complejidad inherente del vino como tema en sí, con una amplitud de disciplinas, culturas de origen, enfoques que convergen y lo nutren, pero que a la vez han planteado desde siempre un reto al abordaje que puede hacer la educación y por lo mismo, el consecuente logro de los aprendizajes esperados mediante ella. Aquí aportan un antecedente más Christopher D. Taylor, Tim H. Dodd y Nelson Barber en su artículo titulado “Impacto de la educación sobre el vino en el desarrollo de conocimientos y preferencias: un estudio exploratorio”, el cual fue publicado el 2008 en el Journal of Wine Research. En él los autores evidenciaron, que los cursos de educación de vinos habían fracasado parcialmente, por dar énfasis a contenidos que se alejaban de la apreciación estética, sensorial y emocional del vino, privilegiando conocimiento teórico del vino que sin duda es importante, pero complejo de incorporar, retener y transferir en las etapas más preliminares del proceso de aprendizaje, por parte de consumidores y principiantes.

Relacionado con el párrafo precedente, el artículo del 2020 titulado “Desarrollando la apreciación del vino para las nuevas generaciones de consumidores”, que fue escrito por Kathryn A. LaTour, Annamma Joy y Roger Noujeim y publicado en el Corrnell Hospitality Quarterly, comparte una mirada muy particular. En él responsabilizan al enfoque analítico tradicional predominante en la educación de vinos, por causar agobio y confusión en jóvenes consumidores, que manifiestan inicialmente interés por saber más. Por su parte, Sonja Martin Poole, Thomas A. Maier, Barry Wiss y Susan Smith añaden un antecedente más con su artículo del 2022 titulado “Aprendizaje basado en juegos en la educación del vino” publicado en el Journal of Hospitality & Tourism Education. Como resultado de su estudio cuantitativo, los hallazgos hechos por estos autores confirmaron que los estudiantes se interesaban más por aprender cuando interactúan en contextos sociales de aula y participaban de actividades basadas en juegos (gamificación). Esto, en comparación con el formato más tradicional y extendido consistente en atender conferencias de modalidad expositiva, basadas en instrucciones centradas mayoritariamente en las competencias y capacidad de transmisión del relator.

¿Hacia dónde apuntan los cambios y desafíos?

Los cambios más notorios detectados en la educación de vinos hoy por hoy los han empujado ciertamente quienes demandan de ella. Esto es, han surgido desde los profesionales así como de los consumidores aficionados. Ambos en su contexto, han estado paulatinamente detrás de una mayor variedad de opciones y experiencias educativas, que de paso sean más accesibles, flexibles, transparentes e inclusivas. Miller (26 de enero de 2023) apunta que una evidencia tangible de que esto ha venido ocurriendo, es el sinnúmero de opciones y ofertas que han surgido desde la pandemia, las cuales no solo involucran variados recursos tecnológicos, sino reflejan el cambio de paradigma experimentado por la instrucción tradicional, sumando modalidades por ejemplo a través de redes sociales, que están al alcance de todas las capacidades de aprendizaje, ‘bolsillos’ y localizaciones geográficas.

Ahora bien, con todas las innumerables posibilidades existentes (¡y por venir!) en términos de planes educativos, sean los mismos formales o no, ¿cómo sabe el/la profesional y más aún, el/la consumidor/a aficionado/a cuál es aquel que más se adecúa y que mejor puede permitirle el avanzar en su camino educacional? Parece que ahí emerge una problemática, que no solo está en manos de quienes desarrollan programas de estudio en general, si no está también en manos de quienes van por ellos y dependen de su motivación personal para la autogestión de su aprendizaje.

Finalmente, un desafío adicional que salta a la vista, es la forma en que se pretende llevar a cabo la educación de vinos de ahora en más. Taylor, Dodd y Barber (2022) exponen en su artículo que resulta tanto más significativo, si por ejemplo a las técnicas de degustación y discusión de vinos habituales, se añade la co-participación de los estudiantes en el proceso, invitándoles a compartir sus propias experiencias de vida, mientras descubren una nueva apreciación, que puede cambiar, confirmar o incluso mejorar lo que sabían previamente del vino. Lo anterior lo subraya especialmente Bridget M. Bordelon en su artículo del 2021 titulado “Aplicación del aprendizaje experiencial al estudio del vino en el aula” donde comparte, que desde hace ya más de 20 años fue el enoturismo quien develó, que en la mente de consumidores y aficionados “la imaginería del vino había desplazado el énfasis desde la producción y las instalaciones (viñedos, bodegas, etc.) hacia un enfoque más estético y experiencial”. Desde esta perspectiva y a ojos de la autora, debieran ser los educadores quienes acerquen a sus estudiantes oportunidades de participación y compromiso más activo, no sin antes comprender sus expectativas, adecuar sus estilos de aprendizaje y ajustar de la mejor forma las técnicas y recursos de aula que emplearán durante su instrucción.

Imposible a estas alturas no hacer eco de una singular cita compartida por el artículo de LaTour, Joy y Noujeim (2020):

“Creo que el vino es uno de los objetos más lúdicos que existen, por lo que es un lastre que tantos sistemas llamados ‘educativos’ le quiten a menudo la alegría para aprender sobre él, como resultado de una mala pedagogía que prioriza la memoria, sobre la investigación y el juego” (PhD. Melanie MCBride, investigadora y educadora canadiense en educación práctica y experiencial).


Reflexión final

Cuando el tema es la educación de vinos, quizás lo que conviene es animarse a leer un poco sobre él, ponerlo a continuación sobre la mesa (junto a una copa de vino quizás…) e iniciar una conversación con quien se anime. Sea ésta una conversación para reconocer sus múltiples ángulos y analizarlos, como también para buscar la forma concreta de seguir avanzando hacia el futuro. Porque con buena educación es posible enfrentar los desafíos y soñar con cambiar el mundo del vino. Y cambiarlo para bien.


Referencias bibliográficas

• Bordelon, B.M. (2021). Applying Experiential Learning to the Classroom Study of Wine. Travel and Tourism Research Association: Advancing Tourism Research Globally. 29. https://scholarworks.umass.edu/ttra/2021/research_papers/29

• La Tour, K.A., Joy, J. y Noujeim, R. (2021). Developing Wine Appreciation for New Generations of Consumers. Corner Hospitality Quarterly 62(3). https://doi.org/10.1177/1938965520978382

• Hormazábal, E. (Diciembre del 2023). ¿Enólogo o hacedor de vino?. Vinifera Editorial. https://vinifera.cl/editorial/ficha.php?cod=184

• Martin, S., Maier, Th., B. Wiss y Smith, S. (2022). Game-Based Learning in Wine Education. Journal of Hospitality & Tourism Education 34(3), 210-215. https://doi.org/10.1080/10963758.2020.1868310

• Miller, C. A. (26 de enero de 2023). The changing landscape of wine education. SevenFiftyDayly. https://daily.sevenfifty.com/the-changing-landscape-of-wine-education/

• Rojas, G. (Junio de 2023). El oficio de sommelier. Vinifera Editorial. https://vinifera.cl/editorial/ficha.php?cod=133

• Szolnoki, G. y Kaczmarek, B. (29 de marzo de 2022). The View from Geisenheim: The Challenges Facing Wine Education. Meiningers International. https://www.meiningers-international.com/wine/view-geisenheim-challenges-facing-wine-education

• Taylor, D. Ch, Dodd, T. H. y Barber, N. (noviembre 2008). Impact of Wine Education on Developing Knowledge and Preferences: An Exploratory Study. Journal of Wine Research 19(3), 193-207. https://www.researchgate.net/publication/233052574_Impact_of_Wine_Education_on_Developing_Knowledge_and_Preferences_An_Exploratory_Study


Sobre la autora:

Fernanda Valenzuela es Ingeniera Civil Industrial mención en Química de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con un grado de Magíster en Ciencias de la Ingeniería y especialidad en Tecnología de los alimentos. Posee además diversos estudios de postítulo de nivel diplomatura en áreas como vitivinicultura, estrategias de negocios y educación, realizados tanto en Chile, como en Sudáfrica y Argentina.

Fue directora de la Escuela Internacional del Vino y jefa de carrera de Administración de Negocios de la Industria del Vino en el Instituto Profesional Culinary (2007-2009). Desde el 2011 se desempeña como docente en la misma institución y a partir del 2019 ejerce también como coordinadora docente del eje en Gestión Administrativa. Además, dicta clases en la Escuela de Sommeliers de Chile y la Escuela Argentina de Sommeliers. Co-fundadora y ex directora de la Asociación de Mujeres del Vino de Chile. En forma paralela y hace ya más de una década, dirige Instante de Vinos, proyecto pionero en Chile en la difusión del vino, la cultura y la conversación.