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Artículo #162

Agricultura y manipulación genética

Por Tonci Tomic ENERO DEL 2023

Actualmente, se puede afirmar que todos los productos agrícolas, consumidos en el mundo entero, tanto vegetales como animales, han sido domesticados por el ser humano –desde que se inventó la agricultura, hace doce mil años— por medio de un sistema de selección dirigida o alteración genética. También, se puede afirmar que en todo este tiempo no hay evidencia de daños significativos para la salud humana por consumir productos provenientes de especies modificadas genéticamente.

Texto destacado

Si bien este tema ha sido objeto de intenso debate, este ha sido más ideológico que científico.


Ha habido tres etapas en la manipulación genética moderna. La primera, que parte en la década de 1930 con el uso de rayos-X para provocar mutaciones en las semillas de especies de interés alimentario y comercial, con el objeto de que estas mutaciones genéticas redunden en características deseables para el ser humano, tales como: mayor productividad, mejor relación entre tejido productivo y tejido estructural, mejores condiciones nutritivas o mejor post cosecha.

Una segunda etapa se inicia en la década de 1960, luego del gran descubrimiento de James D. Watson y Francis Crick, de la molécula de ADN. El ADN o ácido desoxirribonucleico es el material que contiene la información hereditaria en los humanos y así también, en casi todos los demás organismos vivos. En esta etapa, el desafío consistió en introducir fragmentos de ADN con información que generara características deseables, de una especie a otra, como, por ejemplo: resistencia a plagas y enfermedades o una mayor tolerancia a la sequía.

Organismos genéticamente modificados

Este hecho dio origen a lo que hoy conocemos como “transgénicos” u OGM: “Organismos genéticamente modificados”. En algunos casos, estos OGM han penetrado muy fuertemente en los mercados. En Sudáfrica, por ejemplo, el 70% de maíz cultivado es transgénico; en la INDIA, el 90% del algodón es OGM; En Brasil, el 80% de la soya cultivada es OGM; algo análogo ha ocurrido con el maíz en Filipinas, la papaya en China, el algodón en Burkina Faso, por mencionar algunos de los ejemplos más notables en la actualidad.

El caso más emblemático, es el “arroz dorado”. El arroz dorado es una variedad de arroz (Oryza Sativa) producida a través de ingeniería genética, biosintetizando los precursores de beta-caroteno (pro-vitamina A) en las partes comestibles del grano de arroz. Se desarrolla como comida fortificada en áreas donde hay faltante ingesta de vitamina A. La vitamina A es indispensable durante el embarazo para prevenir la morbilidad, la mortalidad y la ceguera nocturna.

El último “alarido de la moda” en estas cuestiones, es la denominada “Edición Genética”, que le significó a las doctoras Emmanuelle Charpentier (Instituto Max Planck) y a Jennifer A. Doudna (UC Berkeley) ser galardonadas con el Premio Nobel de Química 2020. La historia de esta técnica, comienzó alrededor de 1993 con el microbiólogo español Francisco Mojica, que identificó secuencias repetitivas de ADN en determinados microrganismos con tolerancia extrema a la sal. Estos fragmentos de ADN tenían múltiples copias repetitivas. Estas curiosas secuencias repetitivas, que luego se llamarían CRISPR por su nombre en inglés (clustered regularly interspaced palindromic repeats), permitieron generar la hipótesis que los CRISPR eran instrucciones para un sistema inmunológico adaptativo que protegía a los microbios de infecciones específicas. En este sentido, se demostró que el blanco del sistema CRISPR era el ADN. Sin embargo, el corte del ADN dependía de enzimas especializadas denominadas CAS por su nombre en inglés (CRISPR-associated proteins), incluyendo la nucleasa CAS-9.

Potencial para la salud humana

Lo anterior, en la práctica, significa que, a diferencia de los OGM, cuya función radica en introducir características deseables de una especie en otra, ahora se puede identificar perfectamente el tramo del ADN que interesa modificar y las “tijeras” para dicha operación se denomina CAS-9. Esta técnica es potencialmente muy interesante en la salud humana, ya que permitiría, eventualmente, cambiar la información en los genes, como, por ejemplo, en el caso específico de las células del cáncer.

Con estos antecedentes en mente, el debate actual se centra en cuatro cuestiones fundamentales:

1. El impacto en la salud humana, derivada del consumo de estos organismos. (La incorporación de OGM ha sido más rápida en materia primas, que en alimentos de consumo directo).

2. El riesgo de que estos genes modificados se “escapen” y se inserten en los ecosistemas naturales con efectos desconocidos.

3. El impacto del patentamiento de estas nuevas especies y la perdida de autonomía productiva de las poblaciones más pobres del sector rural.

4. Por último, una cuestión básica que plantea este tipo de desarrollos son los aspectos éticos, relativos a los límites del uso de este tipo de tecnología e instrumentos de manipulación genética.

Este es un debate aún en pleno desarrollo, al igual que la problemática que lo sostiene, principalmente, en torno al análisis de los alcances y consecuencias que este tipo de tecnología puede acarrear, tanto la sociedad global, como así también para el destino evolutivo del planeta en su conjunto.

Sin lugar a dudas, este debate requiere la concurrencia de todos los ámbitos, actores e instituciones involucrados, tanto directa como indirectamente: Gobiernos, organizaciones no gubernamentales, universidades y academias, organismos multilaterales, empresas privadas y, por supuesto, todas aquellas organizaciones de la sociedad civil que se sientan convocadas y cuya posición tenga que ser escuchada e incorporada al necesario diálogo en cuestión, resguardando la necesaria preeminencia de las consideraciones científicas y técnicas, por sobre las opiniones sesgadas, infundadas o simplemente, la mera superstición, procurando mantener el bien común y el progreso social y material de la humanidad en su conjunto.



(*) Sobre el autor:

Tonci Tomic Jakas.

Agrónomo, Economista Agrario PUC. Doctor en Patrimonio Cultural de la U. de Sevilla, España. Académico adjunto de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile. Consultor senior con experiencia en FAO, CEPAL y otros organismos internacionales.