Artículo #122
La Quinta Normal de Agricultura: El eslabón perdido entre campo y ciudad
De tanto en tanto algún conciudadano sensible, repara en el estado de gran deterioro del invernadero de la Quinta Normal, fabricado por don Enrique Meiggs y donado por su familia. Hay que decir, que no se desmanteló gracias a la señora Magdalena Barros, arquitecta, quien presentó un estudio (proyecto FONDART-2008) y solicitó la declaración de Monumento Histórico, del Invernadero de Quinta Normal. Solicitud que fue acogida por el Consejo de Monumentos Nacionales, y aprobada por el Ministerio de Educación, DL Nº 0279/2009.
Texto destacado
Uno de los grandes problemas que tiene la conservación del patrimonio cultural en general y de los monumentos arquitectónicos, en especial, es su alto costo de mantención, por ello que es fundamental que tengan una función.
Uno de los grandes problemas que tiene la conservación del patrimonio cultural en general y de los monumentos arquitectónicos, en especial, es su alto costo de mantención, por ello que es fundamental que tengan una función. En este sentido han hecho un gran aporte muchas instituciones, destacando varias universidades (i.e. calles República y Ejercito) varias empresas y bancos (i.e Gasco en Santo Domingo 1061), la Iglesia Católica (San Francisco, Santo Domingo, La Hermita, etc) o y el propio Estado, en sus diferentes reparticiones (Intendencia de Santiago, La Moneda, Museos, Palacio Pereira, etc). Y obviamente para el invernadero de la Quinta Normal, se han pensado varias funciones que nunca se implementaron, porque no funcionarÃan.
La zona de la Quinta Normal y el eje de la calle Matucana, es quizás la zona con más Monumentos Históricos por metro cuadrado o por habitante de Chile. La propia Quinta Normal, sus cuatro museos, MNHN, MAC, FFCC y Tecnológico; cruzando Portales el Museo ArtequÃn, cruzando Matucana el Museo de La Memoria, la Estación Central, Biblioteca de Santiago; Universidad de Santiago; INBA y gruta y BasÃlica de Lourdes; Centro Cultural Matucana 100; varios cites, para qué seguir.
La Quinta Normal
Pero el eje vital, en torno al cual gira este verdadero territorio del patrimonio cultural, es sin dudas, la Quinta Normal de Agricultura, pero ésta ha perdido su Alma y por eso el invernadero no puede prosperar. La Quinta Normal de Agricultura, se funda a comienzos de 1841, bajo la presidencia de Manuel Bulnes, con fondos del Estado, constituyeÌndose en su interior la primera Escuela Elemental de AgronomiÌa Nacional y comienza a consolidarse, a partir de las sugerencias ornamentales, esteÌticas y botaÌnicas del famoso naturalista Claudio Gay, quien es llamado a diseñar un "jardiÌn de aclimatacioÌn modelo" destinado y orientado al cultivo y aclimatacioÌn de plantas uÌtiles.
Se lleva a cabo la creacioÌn del JardiÌn BotaÌnico, solicita a la entidad traer semillas del extranjero y se encarga personalmente de las colecciones de plantas exoÌticas, las cuales aumentan, gracias a las generosas donaciones de particulares. En ese momento, la Quinta Normal fue la principal promotora del fomento agrario nacional; contando con producciones vegetales como viñedos, viveros de aÌrboles frutales, forestales y ornamentales; asi como también, con campos de cultivos especiales, con plantas forrajeras, alimenticias e industriales. TambieÌn habiÌa exoÌticos invernaderos y un jardiÌn floral.
Todo esto se desmorona con la crisis del salitre de los años 1920-30 y con ella, el empobrecimieto de la sociedad chilena y del Estado. No obstante, aún se conservan más de 120 especies de árboles nativos y exóticos, desde la época del JardÃn Botánico.
El JardÃn Botánico Nacional
La recuperación del Alma de la Quinta Normal, pasa a nuestro entender, por el reestablecimiento del JardÃn Botánico Nacional, y asà volver a darle la categorÃa fundacional a este espacio de la ciudad de Santiago, testigo de su historoia desde mitad del S XIX, y que deje definitivamente de ser un parque mas de la ciudad, donde los jovenes novios o pololos, hacen sus primeras armas en el amor.
Por qué no podemos tener nuestro propio Royal Kew Garden, como en Londres, donde hay espinos, guayacanes y una palma chilena que Charles Darwin le llevó de regalo a la reina Victoria. Paro tambien tenemos jardines botánicos de categorÃa mundial más cerca, por citar dos, el de Rio de Janeiro y el de la Habana. En la Quinta Normla el jardin existe, solo falta reconceptualizarlo como tal.
Este tema más que de recursos es de coordinación y voluntad polÃtica. ¿De quién? del ejecutivo. Tal cual fué la compra de los ascensores de ValparaÃso, la adqusición del palacio Pereira y la eventual compra el palacio Bruna. Pero acá no es necesario dinero, acá es necesario que se coordinen el MINAGRI, MINCULTURA, Universidad de Chile, I. Municipalidad de Santiago, y el SAG, que es el dueño de los terrenos.
El JardÃn Botánico Nacional, es el eje central. Una actividad, a nuestro juicio, complementaria pero fundamental, se puede basar en una organización creada en 1946, fundada por chilenos a la antigua, esto es que trabajan mucho y hablan poco. Se trata de la Federación de Criadores de Caballos de Raza Chilena.
Por qué no se puede pensar en hacer una gran exposición anual de caballos chilenos, como era antiguamante en la Quinta Normal. Tengo la seguridad que a mil pesos la entrada, la ciudad de Santiago y localidades de alrededores llenarÃa el recinto. Y si la Federación los estima, por qué no invitar a los criadores de caballos pura sangre de carrera, los caballos de equitación, los caballos arabes del enduro, los criadores de caballos de polo, los caballos de tiro, los caballos de carabineros, la escuela de caballerÃa del ejército, etc.
Es decir, complementariamente, una semana al año, se podrÃa hacer una gran presentación del mundo del caballo en Chile, en sus diferentes dimensiones, teniendo naturalmente como eje, el caballo de pura raza chileno. Recuperando asà el alma de la Quinta Normal, y la relación de Chile con su campo y su historia.