Artículo #104
¿Qué hacer con la PYME agrÃcola?
Las grandes empresas de inversión entran a la agricultura: ¿Qué hacer con la pyme agrÃcola? La verdad, esta problemática no es algo nuevo. En el campo de la fruticultura, hay, sin dudas, grandes empresas en la cancha; también en el sector vitivinÃcola, Concha y Toro, San Pedro, Santa Rita, Undurraga, Santa Carolina y otros. Pero llama la atención el creciente ingreso de capitales de inversión, varios de ellos provenientes de Europa y Asia. Lo que se acaba de anunciar, es otro paso en esa misma dirección: “Grupo Angelini y fondo de pensiones canadiense Ontario Teacher´s Pension Plan (OTPP) se asoció para cultivar avellanas en Chileâ€, aún cuando, todavÃa es un proyecto en desarrollo (El Mercurio 15.05.2021). OTPP no es un actor desconocido en Chile, de hecho, hace 13 años, es controlador de las empresas sanitarias, Essbio y Esval. Si bien no hay mas información disponible sobre el proyecto, si es que se materializa, lo más probable es que se trate de una superficie importante, seguramente en varias regiones entre Maule y BiobÃo, donde este cultivo se da en excelentes condiciones. Y sin dudas, con un nivel de inversión significativo y con el más alto nivel tecnológico.
Texto destacado
La verdad, esta problemática no es algo nuevo. En el campo de la fruticultura, hay, sin dudas, grandes empresas en la cancha; también en el sector vitivinÃcola, Concha y Toro, San Pedro, Santa Rita, Undurraga, Santa Carolina y otros.
Lo “buenoâ€, sin dudas que todas las inversiones son bienvenidas, ya que crean riqueza y empleos para el paÃs; lo “maloâ€, es que le pondrá un ritmo al mercado de avellanas europeas (y quizás también entren en nueces) que, por la escala, será muy competitivo, por reducción de costos y eso afectará en ecosistema productivo de las PYMES agrÃcolas que se dedican a esta actividad. La lección es siempre la misma: calidad y productividad, que no es otra cosa que precios relativos bajos.
Para la PYME agrÃcola, es sin dudas un desafió mantenerse competitiva, frente a estos enormes fondos que permiten hacer inversiones importantes y además financiar costos operaciones crecientes; y se suma un tema que la PYME agrÃcola no puede enfrentar que son las economÃas de escala de la gran producción.
Frente a este escenario, hay básicamente dos caminos, uno es el de aumentar la escala de producción por medio de la asociatividad -ver en esta misma sección “Cooperativas AgrÃcolasâ€â€”que sin dudas significa enfrentar un sin número de desafÃos y trabas históricas, burocráticas y culturales, pero es un camino transitable , de hecho, es una polÃtica del Ministerio de Agricultura.
Hay precedentes de muchas cooperativas agrÃcolas exitosas en el paÃs, destacando siempre el ejemplo de COLUN. Además de las experiencias a nivel mundial, donde las grandes empresas agrÃcolas del mundo desarrollado, son prácticamente todas cooperativas. Fonterra en NZ; Zen-Noh de Japón; CHS-Inc de USA; Friesland Campina de paÃses bajos, etc.
El otro camino es seguir una ruta diferente – ver en esta misma sección: Nueva agricultura: patrimonio y paisaje cultural rural- que consiste en salir del mercado “general†tipo commodities e ingresar en el mercado de nichos. Vale decir un mercado que se diferencia, por su origen (campesino o indÃgena), forma de producción (artesanal o tradicional), por su condición (orgánico o libre de quÃmicos); por su caracterÃstica socio-cultural (comercio justo), por su impacto ambiental (armonÃa con la naturaleza y sostenible).
El INDAP en esto es un actor institucional clave, sin dejar de atender a los sectores productivos que tradicionalmente ha apoyado, es de la mayor importancia que el gobierno, tenga una apuesta fuerte en este segmento del agro de nicho. No es algo nuevo, pero son programas que requieren mayores recursos y desarrollos; pero sobre todo que sean enfocados como negocios y no con la impronta clientelÃstica o meramente asistencial.
SerÃa de la mayor importancia, crear una fuerza coordinada, INDAP-CORFO-SERCOTEC, que permita atender diferenciadamente a los diversos segmentos de la PYME agrÃcola. En esto hay alguna experiencia, en el INDAP, en vinos, miel, orgánicos, etc. En CORFO de PAR industrias creativas, etc.
Estimamos que es necesario fortalecer el programa de “vinos campesinos†de INDAP, como asà también, promover los vinos patrimoniales de los terroir de Cauquenes, Itata y BiobÃo. En base a cepas históricas, como paÃs, uva moscatel y otras cepas, tales como cinsault de Itata o malbec de Yumbel, pero, sin dudas, que deben ser de alta calidad y diseño y promoción asociativa.
El otro tema que está en el ambiente, es el del turismo rural en todas sus expresiones, como son el ecoturismo, agroturismo y enoturismo, principalmente. Muy importante en esto son las comunidades indÃgenas de las regiones del sur, que tienen un enorme potencial. Nuevamente aquà la calidad de servicio debe ser de primer nivel, accesibilidad, formalidad, etc.
Entre las ramas de la economÃa creativa, destacan la gastronomÃa y las artesanÃas, tanto decorativas como utilitarias. De ambos casos estamos llenos de norte a sur, desde el vino pintatani, los tejidos de lana de alpaca y el pajarete, hasta la gastronomÃa chilota y patagónica; pasando por las mantas de Doñihue, ponchos Mapuches, mimbre de Chimbarongo, trabajos en Voqui-pilpil en el lago Budi, trabajos en madera de Loncoche. Una lista interminable.
Existe un nicho por desarrollar que es la vinculación entre agricultores productores de hortalizas y los restaurantes de especialidad, que requieren productos agrÃcolas orgánicos de todos colores y tamaños. Destacando las zanahorias, alcachofas, coliflores, ajÃes, pimentones, zapallitos italianos, kale, papas tradicionales, entre otros cultivos.
Lo importante es que establezcan un conjunto acotado de programas, por ejemplo, en estos cuatro temas; con coordinación, recursos y compromiso de todas las partes, instituciones y agricultores, siendo fundamental dos cosas: tener un real negocio entre manos y tener objetivos con impactos concretos y medibles. Salir del mundo de la nebulosa de la mayorÃa de los programas públicos, en que pareciera que importa más la ejecución que el impacto.